1. TRANSTORNOS
GLOBALES DEL LENGUAJE
AFASIA
La afasia se
define como una privación o alteración del lenguaje, provocada por una lesión
cerebral focal, en un individuo que ya había adquirido el lenguaje.
Su origen puede ser vascular, tumoral y traumático. La
clasificación más frecuente de las afasias se hace en función de la
localización de la lesión cerebral, y podemos diferenciar los siguientes tipos:
• Afasia de Broca o expresiva: la
lesión está en la tercera circunvolución frontal o circunvolución frontal
inferior (área de Broca). Se caracteriza por un déficit primario de la
expresión del lenguaje, no estando comprometida la comprensión.
• Afasia de Wernicke o receptiva: la lesión está en la parte posterior de la primera circunvolución temporal del hemisferio izquierdo (área de Wernicke).
Se caracteriza por una escasa comprensión verbal, acompañada de un déficit de lenguaje expresivo aunque en menor medida.
• Afasia de Wernicke o receptiva: la lesión está en la parte posterior de la primera circunvolución temporal del hemisferio izquierdo (área de Wernicke).
Se caracteriza por una escasa comprensión verbal, acompañada de un déficit de lenguaje expresivo aunque en menor medida.
• Afasia de conducción: es el posible resultado de la evolución de una afasia de Wernicke. Se caracteriza por una alteración moderada de la expresión, así como por una expresión entrecortada, con frecuentes anomias y parafasias.
• Afasia sensorial transcortical: las áreas alteradas se sitúan por detrás de la zona perisilviana. Presentan buena repetición, comprensión alterada y expresión caracterizada por la normalidad en relación al débito y a la prosodia, pero con la presencia de anomias significativas.
• Afasia global o total: la
lesión destruye gran parte de las áreas del lenguaje del hemisferio dominante.
Se caracteriza por un deterioro severo de las capacidades de comprensión y
expresión del lenguaje.
• Afasia infantil: Este
tipo especial de afasia hace referencia a aquel trastorno del lenguaje que se
produce por una lesión cerebral en el transcurso del desarrollo del lenguaje o
una vez adquirido el mismo. Se diferencia de la afasia en el adulto, por el
hecho de que la respuesta del cerebro infantil, es mucho más activa y plástica
y porque muchos esquemas neurolinguísticos no se han formado antes de
producirse la lesión. Presentan alteraciones en la emisión del lenguaje, con
reducción del vocabulario, anomia y pobreza del lenguaje con simplificación de
la sintaxis. El pronóstico es favorable porque el cerebro no está totalmente
lateralizado hasta los 5 ó 6 años y, con una intervención adecuada, el
hemisferio contrario al lesionado, puede asumir las funciones lingüísticas del
otro.
DISFASIA
Este trastorno se caracteriza por presentar severas
dificultades en la adquisición del lenguaje oral, mostrando una limitación
significativa en la competencia lingüística oral.
Características generales:
•
Los problemas se extienden tanto al plano expresivo como al comprensivo.
•
Se observan asincronías en el desarrollo de los distintos componentes,
coexistiendo habilidades lingüísticas propias de su edad con la ausencia o
formulación errónea de otras más simples y primitivas.
•
El componente morfosintáctico es uno de los más alterados.
•
Presentan patrones de error que no se corresponden con los usuales en los
procesos de adquisición.
Perfil lingüístico general:
•
Distorsión y desorganización fonológicas.
•
Reducciones significativas del sistema consonántico y de la estructura
silábica.
•
Habla ininteligible.
•
Morfología muy primaria.
•
Dificultad en el uso de nexos entre oraciones.
•
Alteración del orden de los términos de la frase.
•
Yuxtaposición de palabras en las frases, debido a la omisión de categorías
funcionales.
•
Uso casi exclusivo de estructuras simples.
•
Vocabulario expresivo muy limitado.
•
Dificultad para comprender y expresar nociones referidas al espacio y al
tiempo.
•
Abundancia de gestos y conductas no verbales para mantener la interacción.
•
Uso del lenguaje oral para funciones comunicativas muy primarias.
•
Ausencia de participación espontánea en conversaciones grupales o colectivas.
•
Competencia conversacional limitada.
2. TRANSTORNOS
DEL HABLA
DISLALIA FUNCIONAL
Se trata de un sonido o fonema que no se produce de
forma correcta, a pesar de ser percibido y ser diferenciado normalmente de
otros sonidos.
El fonema afectado no aparece en el inventario
fonético del niño, ni en el lenguaje espontáneo, ni en el lenguaje repetido, ni
tampoco es capaz de realizarlo de forma aislada. La incorrección que produce es
estable, es decir, el fonema se realiza incorrectamente y siempre de la misma
forma. Hay que decir también, que el sistema fonológico del niño está bien
construido, que dispone de una representación mental de los fonemas y de una
organización ajustada.
Generalmente este trastorno se debe a una
incoordinación psicomotora de los órganos articulatorios o a un problema de
representación mental de dicha articulación.
Citamos un ejemplo frecuente: la sustitución del
fonema /r/ por el fonema /g/. Pero hay múltiples dislalias que pueden afectar a
la mayoría de fonemas.
DISGLOSIA
Es un trastorno de la expresión oral debido a
alteraciones anatómicas y/o fisiológicas de los órganos articulatorios. Las
causas son de origen periférico: malformaciones congénitas craneofaciales,
trastornos de crecimiento, anomalías adquiridas como consecuencia de lesiones en la estructura
orofacial o de extirpaciones quirúrgicas.
Podemos distinguir distintos tipos en función del
órgano del habla en el que se sitúe la alteración: disglosias labiales,
mandibulares, linguales, palatinas, dentales y nasales.
Las alteraciones anatómicas más frecuentes, que
podemos encontrar, son el labio
leporino y la fisura palatina. Hay que añadir al tratamiento quirúrgico,
la rehabilitación logopédica.
Estos niños pueden acceder al curriculum de forma
normalizada, pero son alumnos de alto riesgo en cuanto a su desarrollo
personal-social; de ahí la importancia del trabajo logopédico.
DISARTRIA
Es un trastorno de la expresión verbal causado por
una alteración en el control muscular de los mecanismos del habla. Comprende
las disfunciones motoras de la respiración, fonación, resonancia, articulación
y prosodia. Son frecuentes en el lenguaje de los niños con déficit motor, como
consecuencia de alteraciones en el sistema nervioso central, como es el caso de
la parálisis cerebral.
En función de la localización de la lesión
distinguimos: disartria flácida,
espástica, atáxica y discinética.
DISFEMIA
La disfemia o tartamudez es
un trastorno en la fluidez del habla, caracterizado por repeticiones o bloqueos
espasmódicos que afectan al ritmo del lenguaje y a la melodía del discurso
(J.R.Gallardo Ruiz y J.L. Gallego Ortega).
La tartamudez se presenta de manera precoz en el
niño. Se puede observar a partir de los 2 años y medio, pero es más frecuente
que se desarrolle entre los 3 y 4 años. A estas edades generalmente se produce
un periodo de expansión lingüística muy notable, especialmente a nivel
pragmático y morfosintáctico; sin embargo, la falta de madurez y de recursos
lingüísticos puede ocasionar la aparición de dudas y titubeos que afecten a la
fluencia verbal. Este tartamudeo inicial puede desaparecer de forma espontánea
antes de los 6 años.
Sin embargo, alrededor de un 15% de los niños que la
padecen, si no se interviene de forma efectiva, continuarán presentando dicho
problema. Por tanto, es necesario describir los síntomas de alarma que puedan orientarnos en la toma de
decisiones:
• Asociación de retraso de tipo lingüístico a sus problemas de fluidez.
•
Frecuencia de bloqueos.
•
Presencia de bloqueos predominantemente tónicos.
•
Modelos familiares con problemas de fluidez o de habla rápida, exigente y
correctiva.
•
Presencia de gestos o balbismos así como de mecanismos de arranque.
•
Bloqueos respiratorios, conductas de evitación lingüística, tendencia a
utilizar un lenguaje muy telegráfico.
Dentro de la disfemia podemos distinguir los
siguientes tipos:
• Clónica: caracterizada
por la repetición convulsiva de una sílaba o grupo de sílabas durante la
emisión de la frase.
• Tónica: caracterizada por una interrupción total
del habla, produciéndose al final una salida repentina de la emisión.
• Mixta: caracterizada por la combinación de las dos anteriores. Se puede empezar por una fase tónica y luego clónica, o viceversa. Perelló habla de la “ley clo-to”, según la cual la tartamudez se inicia en una fase clónica y pasa a tónica si no recibe un tratamiento adecuado.
• Mixta: caracterizada por la combinación de las dos anteriores. Se puede empezar por una fase tónica y luego clónica, o viceversa. Perelló habla de la “ley clo-to”, según la cual la tartamudez se inicia en una fase clónica y pasa a tónica si no recibe un tratamiento adecuado.
La presencia de estos síntomas de alarma, nos debe
orientar hacia una intervención específica, en la cual no sólo debe
contemplarse el trabajo con el niño, sino también con la familia y el contexto
escolar.
3. TRANSTORNOS
DE LA VOZ
La voz, según la Real Academia Española, es el “sonido
que el aire expelido de los pulmones produce al salir de la laringe, haciendo
que vibren las cuerdas vocales”. Teniendo en cuenta esta definición,
cualquier alteración que se produzca en las cuerdas vocales, en las cavidades
de resonancia o en la cantidad y fuerza de la corriente de aire emitido, va a
afectar a las cualidades de la voz.
De esta manera, siguiendo un criterio cuantitativo,
podemos distinguir dos tipos de trastornos de la voz: afonía y disfonía.
• La afonía es
una pérdida total de la voz que puede deberse a un estado inflamatorio agudo, a
un traumatismo, a una parálisis laríngea o a cuadros psíquicos histéricos. Este
trastorno no es muy frecuente en la edad escolar.
• La disfonía es
una alteración en las cualidades de la voz (timbre, tono, intensidad y
duración). En función de su origen, pueden ser:
• Disfonías orgánicas, si
existe una lesión en los órganos de fonación, bien de tipo congénito
(malformaciones, parálisis...), inflamatorio (laringitis), y traumático
(lesiones, quemaduras...).
• Disfonías funcionales, si
se deben a un mal uso de la voz. En este caso, podemos distinguir: las
hipertónicas y las hipotónicas. Las hipertónicas están provocadas por
una excesiva tensión de las cuerdas vocales durante la fonación; suelen darse
en niños hiperactivos o coléricos que están gritando continuamente hasta que
las cuerdas vocales acaban debilitándose.
Las hipotónicas se deben a que las cuerdas
vocales no cierran totalmente la glotis por falta de tensión muscular; se
suelen dar en niños tímidos.
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